Incisión
Recuerdos, ligas, conexiones.
Todas son valiosas cuando el tiempo las sabe añejar, se vuelven inversiones, dátiles del desierto. Indiscutiblemente el inmaduro saborear de la niñez y la adolescencia (omitiendo la mención de la incómoda pubertad) se vuelve en un paladar sólido y senisble cuando uno va creciendo pero mantiene una que otra sensación de esa época. Aquellas cosas que nos apenaron o quizá se volvieron tema de nuestros malos sueños durante las tempranas edades del pensamiento se vuelven quizá en uno de los recuerdos más valiosos que podría atesorar una persona que intenta crecer. Es peculiar cómo una persona perdida al mirar atrás puede encontrar el camino que le espera hacia adelante. Y hoy logré recordar de nuevo el valor de las viejas amistades.
Cotorreando con mi amigo Manolo, recordamos diversas historias y alguna que otra actividad para mantenernos al día; probablemente nos ganamos unos minutos más en el purgatorio después de hoy, pero ya habrá tiempo para que Dios nos perdone por la crítica. Hay muchas veces que la crítica es inseparable de la memoria; no se si sea por naturaleza humana o por la natualeza de la memoria en sí. El recordar a personas y traer a presente sus acciones y palabras permiten trazar una línea que burdamente nos permite conocer hacia dónde va cada quien. Esto es especialmente mientras trazemos más puntos en el tiempo de esa línea.
Hay personas que son líneas rectas; o van siguiendo y directo al éxito, o van siguiendo y directo al derroche. Pero hay personas que son curvas; que aceleran el climax de su potencial o que tristemente ansían tocar fondo. Incluso hay algunas personas que parecen círculos en la vida; darán vueltas varias veces en climaxes y mínimos. Hay algunos que prefieren trazar una asíntota en sus vida y explorar su status actual. Independientemente de cómo cada quien haya vivido y vivirá se le juzgará, por lo pronto, a nuestra edad, parece no importar el tipo de trazo que hayamos elegido...
posted by Viko Mora @ 11:29 PM
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