Turn against the hive.

Es difícil enfocarse cuando te piden estar haciendo tantas cosas y con el clima apagado. Sentado en un lugar que no es mío, en una silla incómoda ya de tantos traseros flacos, flacas, gordos y gordas que se podrían haber sentado ya aquí. Procuro evadir el pensamiento curiosos de pensar cuando fue la última vez que alguien limpió, o al menos sacudió (y faltaría la esperanza de sanitizar) esta superficie asquerosa. La incomodidad de esta silla lastima mi espalda; ¿así envejece uno? sentado en la silla de otro, en una silla puta que le da servicio a todos y nos va comunicando el paso del tiempo?... ojalá que no, quiero romper este rutinero, fácil para los adictos al trabajo, duro para los de las mentes reptiles, especialmente en verano. Y no se cómo piden control cuando el control necesario no está en estas paredes falsas de corcho, plástico y tela barata abanderada de los colores corporativos. Avalancha de pendientes que seguirán siendo pendientes y mientras lo que se quede pendiente sea aclarar el alma, la cabeza, el corazón y estar en paz con los árboles que han logrado colarse en las banquetas y el asfalto. Estoy obligado a cargar con pesos sobre mi hombro que parece encontrar formas nuevas de doblarse y hacerse nudos. Y vaya, vuelven a prender el clima (lo prenden y lo apagan, por aquello de la conservación de la energía). Nunca falta el burdo idiota platicando de qué hizo en martes en el río latino, de los mil chismes del antrito, de lo que le hizo la 'maría' o la nueva gata que sacó del día anterior. También las mil voces que hablan de planes fuera de estas paredes y laberintos de escritorio. A veces atravezar de un lado a otro un edificio que podría ser un perfecto cuarto de ensayo, se convierte en un laberinto de ratas; siempre buscando oler el queso del tiempo para llegar puntual a la siguiente junta. Últimamente tomé la moda de llegar 1 o 2 minutos posteriores a la hora citada, para por lo menos inyectar adrenalina de pensar que podrían correrme por acumulación de tiempo vencido. Esta emoción se mezcla como ron barato de almendra con big cola. No me gusta cómo sabe este trago. Es un tiempo raro, las vacaciones debieron de haber sucedido al igual que el resto del mundo, en lunes, el lunes que tantos odian, este lunes ha sido muy raro para mí. Ha habido mezcla de yoghurt y pasta de dientes por las mañanas; una sensación que no le recomiendo a nadie. Pero en fin, en todo esto hay luces, luces que guían a diversos caminos y son muy intrigantes, caminos del bien, caminos del quizá, varios caminos y solo dos pies; ¿una vida?, no sé, hay más luces, la luz del proyector que hipnotiza a decenas de personas a mirar una pared... pinches días de oficina largos! Hoy me convertiré en la hormiga en el hormiguero que tiene alas y le sirven para nada... (al menos hasta las 7:15 pm, que sea cuando salga de aquí)... vaya día... fueron como 3 en uno. Pero bueno, habrá que soltar rienda suelta al desahogo y el relax. Que pasen una buena semana santa. (a los dos weyes que leen mi blog jaja) SALUDOS!